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Que te vaya bonito y que el viento te deje en donde tengas que estar!




Estos años. Esos años  

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“La sangre del político no es igual a la sangre del periodista. Corren por venas distintas y alimentan organismos distintos. No hay manera de unir sus torrentes sin envenenarlos”. Y es verdad. Como cierto es también que son indisociables. El periodista, testigo de hecho, divulgador, crítico; el político, alimento del trabajo periodístico.

Estos años una serie de estampas que reflejan el ejercicio del poder visto frente a frente. El encuentro de dos hombres inteligentes cuyo trabajo ha construido parte importante de la historia de México.

Julio Scherer García ha sido un periodista combativo y crítico. Las palabras de un hombre siempre cercano a la cúpula del poder y la controversia lo hacen digno de escucharse –entre muchas otras cosas-. Con el respaldo de medios tan trascendentes como el antiguo Excélsior y el Semanario Proceso, las palabras de Scherer no sólo pesan, sino que abren camino al descubrimiento de personajes y capítulos trascendentes para el país.

¿Cuánto ha visto Julio Scherer?, más aun, ¿cuánto debió haber excluido para escribir estas páginas? Contado de forma ágil, en pequeños capítulos o momentos, el autor describe escenas significativas de un sexenio clave en el país: El sexenio Salinista.

En noventa y ocho páginas queda el registro de instantes que se convierten en ventana del ejercicio de quienes en sus manos ostentan poder y cuya responsabilidad en la toma de decisiones cambió el rumbo de México. Scherer nos permite asomarnos a circunstancias ajenas a la mayoría, de las que sólo personajes están invitados a participar.

Encerrados quedan nombres como Carlos Hank González, Cuauhtémoc Cárdenas, Fernando Gutiérrez Barrios, Jacobo Zabludovsky, Miguel de la Madrid, Joaquín Hernández Galicia ‘La Quina’, Vicente Leñero, Luis Donaldo Colosio y hasta Gabriel García Márquez. Todos con el retrato que unas pocas frases significativas dibujan mejor que la más extensa descripción.

Asomarse al poder no es fácil. Ser testigo de cenas y comidas donde los “poderosos” deciden e intercambian no sólo información de hechos ya acaecidos, sino la planeación de futuras acciones, es un privilegio que pocos gozan y que menos aun presumen tan útilmente como lo hace Scherer en estas páginas.

“Se hablaba entonces de la baja estatura del presidente, de su calvicie prematura, la frente poderosa, los ojos brillantes en movimiento continuo. Nerviosos, ojos sin fatiga, me pareció que reflejaban un carácter astuto y receloso. Esos ojos que no veían. Vigilaban. También me llamó la atención la voz suave del presidente. Educada para la persuasión, provenía de otra alma”.


Inteligentes son las descripciones que utiliza Scherer con cada personaje. Sin necesidad de juicios de valor da cuenta de acciones y pensamiento de muchos de los personajes trascedentes para México, mientras Carlos Salinas de Gortari estuvo en el poder.

Complicado resulta imaginar a un periodista como “don Julio” sentado en la misma cena sin imaginar una estrecha relación que podía haber tornado imposible el relato de estos instantes míticos. “(…) la distancia con el príncipe es la única garantía de independencia para el escritor, para el periodista, para el intelectual”, la cita que hace de Octavio Paz deja al descubierto la inteligencia para mantener esa distancia estando aun en la misma mesa, compartiendo la misma comida y viendo el mismo México.

Escrito en primera persona, porque no pudo haberse contado distinto, Scherer deja ver lo que presenció durante Estos años, durante esos años que sumieron a México en una crisis económica, política y social de la que aún vemos estragos.

Con un cierre extraordinario que dice mucho sobre la situación de aquella época, que nos introduce además en la vida de quien pronto terminó su existencia y su carrera: Luis Donaldo Colosio; el autor muestra los deseos de transformar una nación que viciada por los ejercicios políticos de sus dirigentes, acaba con quien Vio un México con hambre y sed de justicia.

“Políticos y periodistas se buscan unos a otros, se rechazan, vuelven a encontrarse para tornar a discrepar. Son especies que se repelen y se necesitan para vivir. Los políticos trabajan para lo factible entre pugnas subterráneas; los periodistas trabajan para lo deseable hundidos en la realidad. Entre ellos el matrimonio es imposible, pero inevitable el amasiato”.

Sólo así se explica la incontrolable pasión que alimenta a ambos…

Bibliografía

SCHERER, Julio. Estos Años. Editorial Océano, México, 1995, Págs. 105



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