Para ti, que despertaste de nuevo ese cariño desmedido que, a veces, provoca que tenga celos hasta del aire que respiras. Un beso
Celos de tus ojos
Cuando miras a otra chica
Tengo celos, celos
Celos de tus manos
Cuando abrazas otra chica
Tengo celos, celos
… Según decía Daniela Romo, por el año de 1983, en la canción “Celos” de José Luis Perales. Jejejeje sí, ya sé que no saben quienes son esos, no importa… el punto es que el tema de hoy son…
Tan tan tan tan…
“Los celos”
¿Porqué hablar sobre un tema taaaan incómodo y del que no sale nunca alguna buena justificación? ¿Para qué retomar algo que es taaaaan común? ¿No deberíamos hablar de cosas intelectuales, de graaan cultura, que implique un conocimiento bárbaro? Pues no lo creo, es la cotidianidad evidente de la celotipia, lo que me da la razón al hablar de esto.
Los celos son, antes que todo, la manifestación del miedo que todos (si muchachos, todos) hemos sentido alguna vez de perder el cariño/relación/atención, etc., de una persona estimada.
Llámese padres, amigos, hermanos, o en el más común de los casos, pareja, los celos son el reflejo de la inseguridad que sentimos ante una amenaza que no siempre suele tener algún fundamento real, pero que daña la relación, en algunos casos, irremediablemente. … Los celos son mitad falta de sesos y mitad inseguridad… dice Arjona, sin embargo, los celos en un grado moderado, pueden incluso reafirmar el amor por la otra persona y la preocupación por mantenerse en un lugar privilegiado en su vida. Aunque claro, no a todos les gustan estas demostraciones de cariño.
¿A ustedes?
Hace unos días platicaba con un amigo acerca del asunto –Yo sí soy celosa- fue mi respuesta (jeje bueno, palabras más palabras menos, es lo que quise decir) –Pero no suelo hacer escenas de celos, ni “panchos”-, continué. Esa justamente la diferencia que creo, existe entre los celos “normales” en una pareja y aquellos destructivos que comienzan con la inseguridad, siguen con la desconfianza y terminan hiriendo a ambas partes cuyo punto es el término de la relación.
Psicológicamente este sentimiento, que desemboca en distintos tipos de conductas, es explicado de varias maneras. Bowlby, por ejemplo, con su “Teoría del apego”, señala que las personas tenemos una tendencia a mostrar apego a lo largo de la vida, mismo que primero se manifiesta con la madre y que posteriormente es sustituido con amigos y la pareja.
Este apego, explica, revela una necesidad de seguridad que puede tornarse destructiva para
ambas partes. Baja autoestima, tendencia a controlar los movimientos del otro, constantes reproches, innumerables discusiones, interminables interrogatorios, alucinaciones, revisar mensajes, cartas… “el correo” (uff, perdóname, pero me acordé)… son algunas señales de alarma típicas de los celosos.
Mil veces he escuchado: –Si te cela es porque te quiere- Comparto, en parte, la opinión; Celar a una persona, temer perderla o ser reemplazada en su vida, son obviamente producto de un cariño, que sin embargo debe siempre estar antecedido por el amor y la confianza en uno mismo y en la relación que se tiene.
Es perfectamente normal sentir cierta inseguridad frente a una persona que se acerca con una doble intención a nuestra pareja, pero antes que nada debe prevalecer la confianza, la confianza en quienes somos, en que lo que le ofrecemos al ser amado es algo único y especial que él sabrá valorar y sobre todo, que nadie puede quitarte lo que no es tuyo, si esa persona te ama estará ahí se ponga quien se ponga de frente.
James Parr le atribuye 3 factores a la aparición de los celos:
- Comparaciones
- Competencia
- Temor al reemplazo
Me parecen muy acertados. Recordemos que los celos no se manifiestan únicamente en las parejas o cónyuges, también en compañeros de trabajo o de escuela, los que celan a sus hermanos o hermanas, aquellos que celan a su papá o mamá, los celos de sus amigos (ups… ya sé que fue autogol, jeje). Todos pueden explicarse con esos 3 factores ¿O le agregarían algún otro?
En fin, la verdad es que una buena comunicación en la pareja, el completo conocimiento de que la otra persona es un ser “libre” con deseos, anhelos, proyectos, actividades, amistades individuales, con el mismo derecho de tener una vida independiente que comparte con la tuya, la confianza, la autonomía y el deseo de que él otro sea feliz, como sea, son buenos remedios para que los celos no destruyan una relación y se conviertan en algo más que una muestra de un profundo afecto.
Y por supuesto, debemos tener cuidado de que esa “independencia” no lastimé a la otra persona, antes que todo, si hemos decidido compartir parte de nuestra vida con alguien, debemos tratar de entender los miedos y las necesidades del otro, recordemos lo que decía Miguel Mateos (jajajaja, lo siento, lo recordé)… Es tan fácil romper un corazón…
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