Este inicio de semestre ha sido de mucha reflexión. Resulta irónico que la pregunta sea que cuál creo que es el mayor problema de este país y peor aún... ¿cómo creo que podría resolverse?... semejante lío, aún así intente esbozar un par de cosas, ustedes qué opinan, para ustedes cuál es la bronca mayor de este país que está siempre entre el cielo y el infierno...

¿Cuál es el mayor problema de mi país?

Uno, dos, tres, cien, mil, un millón… a la cabeza me vienen tantos problemas graves del país, que ya tengo jaqueca. Economía, inseguridad, salud, sobrepoblación, corrupción, vivienda, educación, es un círculo vicioso del que es difícil salir.

Pienso un poco más y sí, todos tienen un mismo origen: los mexicanos somos inconscientes e individualistas, egoístas y desorganizados. La televisión, el periódico, las noticias radiofónicas, los medios electrónicos en general nos muestran a diario un panorama social catastrófico, ¿cuál es el origen?

Hace unos meses asaltaron la casa de una tía, la novena de 16 en la calle que habitamos que sufre el problema. El nivel de inseguridad, el miedo que acosa a diario a los mexicanos, ha llegado a un nivel insoportable. Impotencia, rabia, ¿porqué a mi? son escuetamente algunas de las cosas que pasan por la mente de la ‘víctima’.

La denuncia se interpuso horas después del incidente, en el ministerio público los demandantes fueron tratados como si hubiesen provocado el delito. Trámites burocráticos, esperar a que ‘los trabajadores’ terminen de preparar su café, las malas caras, son algunas de las peripecias que se tienen que aguantar al ‘cumplir con la obligación ciudadana de interponer su denuncia’, al término de la noche no quedan ganas de ser buen ciudadano.

Una ‘señorita’ de la delegación acudió al domicilio en cuestión para verificar cómo había quedado el inmueble tras el asalto. Cuando mis tíos se dieron cuenta de que los habían limpiado, no tocaron nada para evitar que huellas o evidencia se perdieran, para que la gente que acudiera a investigar tomara las anotaciones pertinentes… la mujer del MP no estuvo dentro ni dos minutos. Ah sí, es verdad… lo asaltaron señor. Mi tío no tuvo estómago para decir nada.

Dos semanas después de la noche en la delegación, el teléfono de casa sonó: -Señor, tiene que venir a reconocer a unos presuntos asaltantes, parece que son los que entraron a su casa-. Nueve horas tardaron en atenderlos.

La banda de asaltantes, cinco hombres de entre 17 y 40 años de edad, estaban sentados frente al mismo hombre que la noche del siniestro se tomó 4 tazas de café antes de atendernos. –Los atrapamos ‘con las manos en la masa’. En la mochila que cargan traen fotos de las casas que han robado, ¿ésta es la suya, verdad?, pero fíjese bien porque si no es lo metemos al bote a usted por falsas declaraciones-.

Dos noches en vela, malas caras, insensibilidad, amenazas, pérdida de tiempo, cinismo burocrático… y del botín robado ni esperanza de volverlo a ver.

-¿Cuántos años tiene?- 17 años, -¿porqué se dedica a este oficio- (¿ahora ya es un oficio?) Porque tengo que comer y en este país no hay oportunidad de chambear de otra cosa…

Sí, la inseguridad que vivimos es tremenda, una de las mayores preocupaciones de la población y el mejor pretexto para hacer promesas de campaña cada tres años, pero no es el origen.

La falta de oportunidades orilla a las personas a buscar el cómo sostener a su familia y mantenerse. No es justificación, por supuesto, pero se explica. Una mujer decía alguna vez: No es que no haya trabajo, es que no hay gente preparada… Cierto, pero cuántos tienen la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. Muchos terminan una carrera pero ¿cuántos egresados titulados consiguen empleo en su área? El desempleo es otro gran problema de este país.

¿Cómo generar empleo para un país de más de cien millones de habitantes, cuando gran parte del ingreso se invierte en sueldos inmorales para legisladores que no conocen bien ni siquiera la ley, que es su materia prima?

El Presidente de la República actual obtuvo la ligerísima ventaja en votos frente a su contrincante (versión oficial), entre otras cosas por ser ‘el Presidente del empleo’, ‘el hombre con las manos limpias’, más promesas de campaña que a tres años de mandato, con un país sumido en una crisis económica terrible, parece ironía y hasta burla.

Quienes tienen en sus manos la organización y puesta en marcha de políticas públicas sólo ven su gestión como una oportunidad de inflar sus bolsillos, de saquear y aprovechar el momento de poder para obtener lo que el trabajo no público jamás le daría.

No hay proyectos de nación a largo plazo, no hay trabajos de conjunto, no hay una conciencia de hacer mejor las condiciones de vida de los que no están en el poder sino delegan la responsabilidad a quienes gastan millones de pesos en promesas durante las campañas.

El problema real es el individualismo y la desmedida ambición de las personas en las cúpulas de poder. Las empresas monopólicas, los gobiernos transitorios, los diputados con sueldos exorbitantes, los jueces corruptos, la policía que pide mordidas, el abuso de poder…

Si quienes tienen en sus manos la responsabilidad de algún aspecto de la vida de la población, sea económico, político, de seguridad, de empleo, etc., se preocupara por hacer su trabajo, por llevar a cabo un plan al que pueda darse continuidad para mejorar las condiciones de vida de quienes los pusieron en la situación de poder, habría otro panorama en el país.

No hagas al otro lo que no quieren que te hagan a ti, reza el dicho, no conozco a muchos que lo apliquen. Un cambio en la mentalidad de el que no tranza no avanza haría de este país un lugar menos problemático.

¿Cómo se puede solucionar? No tengo la respuesta, todavía. Llevo mucho tiempo tratando de resolver cómo evitar que una característica propia del ser humano, deje de interferir en la vida en común.

La respuesta puede llevarme un libro completo, lo que es más, para contestarla puedo llevarme toda una vida, pero de algo estoy segura, si todos empezaramos a pensar en una solución, seguro ése, sería un buen inicio...