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Delinquen reclusos varones más que mujeres por aspectos psicológicos  

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Ruth Muñiz


El comportamiento de las mujeres y los hombres en los reclusorios y los delitos que se cometen dentro, son completamente distintos, aseguró Lucio Cárdenas Rodríguez, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM.

De los 11 centros en que hay presos en el Distrito Federal, ocho son para varones y tres para mujeres, estas últimas representan menos del 10 por ciento de la población total, según datos de la Subsecretaría de Sistemas Penitenciarios.

La población total de presos en el DF es de 40 mil 413, las mujeres suman mil 830 distribuidas en El Centro Femenil de readaptación Social Santa Martha Acatitla, el Centro de Femenil de Readaptación Social Tepepan y el Reclusorio Oriente, mientras que los hombres presos en ocho Reclusorios son 38 mil 583.

"En los reclusorios de hombres se cometen más delitos, de entrada, porque son muchos más", dijo Alberto Duran Muñoz, subdirector de Servicios Técnicos, "pero los delitos por los que las mujeres ingresan a los penales a veces son más graves".

Sin embargo, Cárdenas Rodriguez detalló que rara vez la conducta de la mujer es agresiva por naturaleza, si cometen crímenes es por motivos sentimentales o pasionales, además de que son menos violentos.

"El nivel de hacinamiento que se vive en un reclusorio para varones es mucho mayor que el de las mujeres, por lo que tienden a ser más agresivos, esto aunado a que la fuerza física es mayor y la posibilidad de salir en libertad les importan mucho menos que a una mujer", declaró el investigador de la UNAM.

La dinámica que se vive en un reclusorio de mujeres es distinta, hay más solidaridad y ganas de proteger, declaró Josefina Estrada, autora del libroMujeres de Oriente y que dio talleres de creación literaria para presas en el Reclusorio Oriente.

"Hombres y mujeres nos comportamos distinto dentro y fuera de un penal, nada más que las cualidades que tenemos las mujeres como solidaridad, compasión, ternura, ganas de proteger, se duplican en esas condiciones porque hay más mujeres, es más, sólo hay mujeres", dijo la también periodista.

Los delitos más comunes entre las mujeres dentro de prisión no pasan de agresiones y golpes, rara vez hay asesinatos", comentó Durán Muñoz, "mientras que los hombres son más fríos, se matan porque saben que de todas formas no van a salir y además por que no les interesa matar desconocidos".

Teresa Chávez estuvo presa durante 16 años, pasó nueve de ellos en el Reclusorio Oriente, otros seis en el Centro Femenil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla y los últimos dos en el de Tepepan y dijo que en ese tiempo no presencio ni una sola muerte por la agresión de una reclusa a otra.

"En mujeres hay mucha batalla por el mercado de la droga o riñas por robo entre compañeras, pero no se habla de muertas, es difícil que una mujer mate a otra dentro de la cárcel, en cambio en hombres sí se da", señaló la ex convicta que permaneció sin libertad desde el año 1995.

Lucio Cárdenas Rodríguez asegura que el hecho de que las mujeres sean abandonadas por su familia más frecuentemente que los hombres, influye en que se vuelvan más solidarias entre ellas, que se cuiden, en cambio los hombres están a la defensiva unos contra otros porque aún cuentan con el respaldo de la familia y la pareja sentimental.

Según datos de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, el 51 por ciento de la población de mujeres reclusas permanece soltera y sólo el 17 por ciento son casadas.

De la población femenil sólo 302 reclusas ingresaron a prisión por delitos contra la vida, mientras que los hombres suman 6 mil 295, lo mismo pasa con delitos contra la salud, en que las mujeres recluidas por ese ilícito son 195 y los varones mil 274.

Las relaciones sentimentales que se dan dentro de prisión entre mujeres, aseguró Teresa Chávez, es también una causa común de agresiones entre la población, y aunque sí hay heridas graves no llegan al asesinato.

"En los reclusorios de hombres sí se matan, son más violentos y están más a la defensiva, las mujeres en cambio son más pasionales pero más tranquilas, sobre todo porque algunas tienen a sus hijos viviendo con ellas y les gana el instinto de protección", declaró Durán Muñoz.

Las ventajas sociales que tienen los varones en un reclusorio es un aspecto psicológico que influye, dijo el investigador y catedrático de la UNAM, la familia no abandona al preso y eso lo hace sentir más seguro, en cambio las mujeres tienen que buscar apoyo entre ellas.

La reincidencia se da también más entre los hombres, de la población total de varones encarcelados 11 mil 051 son primodelincuentes, 24 mil 327 reincidentes y 3 mil 446 reclusos habituales; en las mujeres 360 ingresaron por primera vez, mil 473 reincidieron y 26 son presas habituales.

"La cárcel por sí misma no va a corromper, son los principios que ya se traen, si ya están endebles te vas a corromper y si entras con delincuentes profesionales claro que te van a enseñar mejores técnicas" dijo Josefina Estrada, "la cárcel es un reflejo de la sociedad".

NOTA: Este texto pertenece a una serie de ejercicios hechos para el Taller del Periódico Reforma.

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