Según la ONU el 2009 fue el año internacional de la Astronomía y el año del aprendizaje sobre Derechos Humanos y por el aniversario 200 de su natalicio, fue considerado también el año de Charles Darwin.

Estos 365 días marcaron también los 50 años de la Revolución Cubana y el 200 aniversario del nacimiento de Edgar Allan Poe; hasta la Cruz Roja cumplió años, 150 de su fundación. Sin embargo el 2009 también fue señalado como el año de la crisis.

No para todos fue malo, pero hubo momentos de verdadera conmoción social; mientras Pedro Fernández celebraba 30 años de carrera y Plaza Sésamo 4 décadas de existencia, Indonesia sufrió uno de los más terribles terremotos que se recuerden, cientos de personas perdieron sus cosas con las inundaciones de Valle Dorado en el estado de México y 53 reos escapaban de un penal de Zacatecas sin que nadie moviera un dedo.

Al tiempo que el grupo Magneto realizaba su segundo reencuentro y Televisa triunfaba con el fenómeno en el que se convirtió “Patito” y las “Divinas”, un hombre enloqueció y se convirtió en el tristemente célebre “asesino del metro Balderas”, un fatídico 5 de junio 49 niños perdieron la vida en el incendio de la guardería ABC de Hermosillo y Honduras sufría un golpe de Estado que no se veía en América Latina desde los años 70 y 80.

Jacobo Zabludovsky recibía la medalla al mérito ciudadano y México obtenía los útiles récords Güines en el árbol de Navidad más grande del mundo, los más besadores y hasta el mayor número de personas bailando Thriller al mismo tiempo, pero miles de empleados quedaban en la calle con el decreto presidencial que anunciaba la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro, un loco pastor boliviano secuestra un avión que se dirigía a Cancún sólo para dar un mensaje “divino” y si los mexicanos no tuvieran suficiente, los impuestos incrementaron.

Mientras Plácido Domingo reunía a miles en el Ángel de la Independencia para su magno concierto, el exitoso acuatizaje en el Río Hudson sorprendía al mundo y los Twiteros conseguían que el senado echara atrás el impuesto sobre internet, el valle de México y el país en general sufrió una de las más severas crisis de agua que haya habido, Juanito hizo de la delegación de Iztapalapa un circo aún antes de tomar protesta como delegado, irse y regresar… e irse de nuevo y la crisis económica que marcó al mundo dejó a millones sin empleo.

Este año en que Peña Nieto y la Gaviota gozaban de los reflectores que seguían cada paso de su romance, Brasil festejaba ser la próxima sede para los juegos Olímpicos 2016 y José Hernández , el astronauta michoacano, aprovechaba sus 5 minutos de fama, el precio del petróleo se derrumbaba agudizando la crisis económica mundial, el ex presidente Miguel de la Madrid hizo declaraciones contra Salinas para después retractarse por una supuesta demencia senil y Ramón Ayala ahora es más famoso por su arraigo a raíz su participación en las “narcoposadas” que por los años de trayectoria artística que tiene.

Aunque José Emilio Pacheco gozó en grande el 2009 con los festejos de 70 años de vida, el premio Cervantes y el Reina Sofía, a pesar de que los priistas festejaban su triunfo rotundo en las elecciones intermedias Federales del 5 de julio en el que recuperan la mayoría en las Cámaras, y pese a que el fenómeno del voto nulo dio espléndidas muestras del descontento de la gente, el país sufrió la crisis sanitaria más controversial e inesperada, la llegada de un virus nuevo, a nivel pandémico, la influenza AH1N1 que paralizó al país casi dos semanas y que dejó 800 defunciones en cifras oficiales; tres secretarías desaparecerán como parte del plan de acción anticirisis del Presidente Calderón y como si el mundo necesitara de un acontecimiento escándaloso más, Michael Jackson, el llamado rey del pop que vendió millones de discos alrededor del mundo y que llevó una polémica vida entre desmanes y escenarios, murió víctima de su adicción a las pastillas y la negligencia de su médico.

No cabe duda que fue un año lamentable y doloroso, lleno de retos que pusieron a México a prueba, pero afortunadamente llega a su fin, aunque gente como Mario Benedetti, Farra Fawcett o Patrick Swayze no lo verán culminar.

El 2010 no augura un mejor futuro, no se esperan mejoras milagrosas ni empleos de la nada, pero el ánimo no debe caer, ante todo, y pese al panorama desolador del mundo que se vive, tengo la plena confianza en que luchar cada día por este país no es sólo un reto, es una obligación moral. ¡Bienvenido nuevo año!